jueves, 5 de abril de 2018

Recuperar el Plan Centro y peatonalizar la Ronda Histórica, un debate urgente

En estos momentos en que en la ciudad de Sevilla renace al viejo debate, que algunos creíamos felizmente olvidado, sobre la finalización de las cuatro líneas del viejo y obsoleto proyecto de Metro de Sevilla, no me resisto a plantear a mi vez otro debate sobre otro proyecto, mucho mas sensato y realizable que, sin embargo, nadie parece interesado en recuperar. Me refiero al fenecido, por obra y promesa electoral de nuestro anterior Alcalde Juan Ignacio Zoido, Plan Centro, que el nuevo gobierno municipal socialista parece haber olvidado por completo y que haría muy bien en recuperar urgentemente, en tanto que proyecto sensato y realizable a corto plazo, que ayudaría mucho más a la hora de conseguir para Sevilla la Capitalidad Verde Europea que la recuperación del viejo proyecto de Metro, que la realidad Metropolitana de Sevilla ha dejado ya obsoleto, como he analizado recientemente.

A diferencia del mencionado proyecto del Metro de Sevilla, no estamos hablando aquí de miles de millones de euros durante la fase de construcción, que irán en su mayor parte a engrosar las arcas de empresa privadas vía sobrecostes, como ha denunciado recientemente la Cámara de Cuentas de Andalucía. Tampoco estamos hablando de unos costes de explotación que podrían llegar a muchas decenas de millones de euros anuales, a pagar entre todos los andaluces, como ocurre con la actual Línea 1 del Metro de Sevilla, cuyo déficit de explotación (subvencionado por la Junta de Andalucía) se aproxima a los 50 millones de euros anuales (entre 3 y 4 euros por viaje). Por el contrario estaríamos hablando de un proyecto cuya infraestructura ya existe y que bastaría con poner de nuevo en funcionamiento, y que parece haber sido incluso usada durante la pasada Semana Santa.

Hay que recordar además que el mencionado Plan Centro y las restricciones que supuso para el tráfico motorizado en el Casco Histórico de la Ciudad gozaban en junio de 2011, en el momento de su interrupción por el nuevo Gobierno Municipal del Partido Popular, de un mayoritario apoyo popular, como evidencia la imagen adjunta, extraída de la presentación del Barómetro Socieconómico de Sevilla de dicha fecha:


¿Por qué es necesario recuperar el Plan Centro y qué beneficios obtendría la ciudad de ello? Basta echar un vistazo a la evolución de la movilidad metropolitana en Sevilla para identificar cual es el verdadero problema que enfrentamos desde el punto de vista de la sostenibilidad. Dicho problema, como puede verse en el gráfico adjunto, no es tanto el descenso del uso del transporte público, que también, sino sobre todo el descenso de la movilidad activa (o "no motorizada"). Dicha movilidad descendió del 50% en 1990 al 32% en 2007 (el último dato disponible), a la escalofriante ratio de un unto porcentual por año. Este descenso, junto con el aumento del transporte motorizado, es el responsable de la mayor parte del aumento de emisiones de gases de efecto invernadero ligado a la movilidad metropolitana.


Si bien en los últimos años la movilidad activa en el núcleo central de la metrópolis (*) se ha recuperado un poco gracias a la creación de la red de vías ciclistas de Sevilla, esta recuperación se ha visto frenada precisamente por la eliminación de las restricciones al tráfico motorizado en el centro de la ciudad, de modo que en el año 2011, año en que dichas restricciones se eliminaron, empezó un descenso continuado de la movilidad ciclista que solo hasta el presente año ha comenzado a recuperarse levemente. En cuanto a la movilidad peatonal, no disponemos de datos, pero es de lógica pensar que el impacto negativo de la eliminación del Plan Centro sobre dicha movilidad ha sido aún mayor. 

Por tanto, la recuperación del mencionado Plan Centro es una medida que podría tener un impacto muy positivo en el desarrollo de la movilidad activa, a pie y en bicicleta, en nuestra ciudad. Hay que tener en cuenta que el Casco Histórico de Sevilla sigue siendo unos de los principales atractores de viajes de la ciudad, no solo por su elevada densidad de población, sino porque en él se localiza un buen número de las actividades comerciales y de servicios de la misma, lo que implica una gran movilidad. La red de vías ciclistas, además, permite el acceso desde prácticamente cualquier punto de la ciudad al Casco Histórico con unos tiempos de viaje plenamente competitivos con el automóvil privado, lo que haría (y de hecho hizo como ya he mencionado) de las restricciones al tráfico en dicho entorno una eficaz herramienta de promoción de la movilidad activa en bicicleta, además de la propia movilidad peatonal. 

Junto a todo ello, ni que decir tiene que la recuperación de las restricciones al tráfico motorizado de no residentes en el Casco Histórico tendría un indudable impacto positivo en la mejora de la habitabilidad de dicho entorno, liberando espacios para el disfrute y el esparcimiento de los ciudadanos, algo que incluso la población mas afectada por dichas restricciones (es decir la población extra-muros) parece haber comprendido perfectamente a la luz de los resultados mencionados del Barómetro Socioeconómico de Sevilla de 2011 (ver imagen mas arriba). 

Las mencionadas restricciones al tráfico de no residentes, por otro lado, no harían sino dar cumplimiento al vigente PGOU de la ciudad que plantea, no solo para el Casco Histórico, sino para toda el "Área Central" de la ciudad, que incluye los arrabales históricos mas buena parte del barrio de Nervión y otras zonas aledañas una "inversión de prioridades" en el tráfico, que favorezca a los modos no motorizados y al transporte público frente al automóvil privado y la motocicleta. 

Dicha apuesta del PGOU, por otro lado, pone en cuestión la pervivencia de la Ronda Histórica como eje de tráfico motorizado, algo que se viene planteando desde 1987 al menos, fecha en la que comenzaron a planearse las nuevas rondas por el este de la ciudad: Buhayra, San Francisco Javier, Tamarguillo, SE-30... Todas ellas justificadas por la "necesidad" de descongestionar la Ronda Histórica", liberándola de su función de eje norte-sur del tráfico motorizado, para convertirla  en un "bulevar" que se decía entonces. Es bastante evidente que dicho programa no se ha cumplido en absoluto, mas bien al contrario, ya que la implantación del sentido único en dicha Ronda no ha hecho sino reforzar su función de vía rápida norte-sur para el tráfico motorizado. 

La degradación a la que dicha función de vía rápida ha condenado a la Ronda Histórica es mas que evidente para cualquier observador imparcial: aceras insuficientes y congestionadas, vías ciclistas encajonadas compartiendo espacio con las mencionadas aceras, congestión del tráfico, ruido y contaminación de todo tipo han hecho de dicho espacio uno de los entornos mas degradados de la ciudad. Creo que ha llegado la hora de dar cumplimiento a las ya antiguas promesas de cambiar la función de la Ronda Histórica para convertirla en un espacio noble y amable que sirva de "fachada" de un Casco Histórico peatonalizado (es decir con movilidad motorizada limitada a los residentes y a los servicios públicos imprescindibles), mediante un proceso de peatonalización similar al realizado en la Avenida de la Constitución. A estas alturas y dado el éxito la mencionada peatonalización de la Avenida, creo que pocos se atreverán a sostener seriamente que tal actuación tendría un impacto negativo en la economía o la habitabilidad de la ciudad, como algunos se empeñaron en hacer con la Avenida de la Constitución. Aunque alguno habrá sin duda. 

Avanzaremos por la senda que he resumido brevemente en pos de un futuro mas sostenible para Sevilla, desarrollando iniciativas realizables y sostenibles desde todos los puntos de vista, incluido el financiero, como la descrita mas arriba, o por el contrario, nos empeñaremos en resucitar viejos proyectos que nacen obsoletos y que solo servirían para abrir en canal la ciudad durante los próximos 20 años, como algunos de sus mas sensatos partidarios han reconocido públicamente, sin perspectivas ciertas de financiación, creando situaciones de auténtico "chantaje financiero" a la ciudad que solo beneficiarán a los que siempre se han beneficiado de las burbujas asociadas a la construcción de grandes infraestructuras, como la propia Cámara de Cuentas andaluzas ha denunciado recientemente (ver mas arriba).

El futuro y la sensatez de nuestros políticos, que en buena parte es reflejo de la sensatez de la propia ciudadanía que los vota, nos lo dirá.

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(*) En el anillo metropolitano dicha movilidad sigue siendo residual, lo que constituye sin duda uno de los grandes problemas de la movilidad metropolitana. En otra entrada de este blog he analizado algunas de las medidas que podrían ayudar a revertir esta tendencia.


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