martes, 15 de marzo de 2016

El ladrón de bicicletas

El protagonista de la obra maestra de Vittorio de Sica es un honrado trabajador y padre de familia en paro que jamás ha cometido un delito. Encuentra por fin un empleo para el que necesita, como instrumento de trabajo, su vieja bicicleta, una de sus escasas pertenencias. Sin embargo, horas antes de empezar a trabajar le roban su bicicleta y, desesperado, intenta robar otra bicicleta, por lo que es detenido y acaba en manos de la policía.

El joven ladrón de bicicletas de Sevilla, condenado a seis meses por robar una bicicleta, para el que tanto el Ayuntamiento de Sevilla como la Asociación Pro Derechos Humanos han solicitado el indulto, es (o quizás solo "era", no lo se) un delincuente habitual, con varias condenas por delitos menores, que robó una bicicleta pública (lo que en mi opinión constituye un agravante) para regresar a casa tras una noche de juerga.

 Bicicleta del sistema público de Sevilla (SEVici) abandonada en la calle

Dicho esto, nada que objetar a que a dicha persona se le conmute la pena de cárcel por otra de trabajos sociales (a ser posible relacionados con la mejora y conservación del sistema de bicicletas públicas de su ciudad) si, tal y como argumenta su abogado, se trata de una persona perfectamente integrada en la sociedad, padre de familia con mujer e hijo y con un trabajo del que depende su familia para subsistir.

Pero sin hacer demagogia ni establecer comparaciones odiosas.