Un ejemplo (antes y después) del diseño de las vías ciclistas de Sevilla, donde se puede apreciar como, el hecho de que la mayoría de tales vías ciclistas se realizaran al miso nivel del acerado, no implica que se realizaran ocupando espacio peatonal previo.
Ambos debates eran inevitables habida cuenta que la mayor parte de la red ciclista transitaba y transita por la ciudad consolidada, donde no hay ni había apenas un metro cuadrado de espacio sin ocupar. Dado que no era posible crear de la nada nuevos espacios para ubicar las nuevas vías ciclistas, era necesario ocupar espacios ya "ocupados" - valga la redundancia - con los consiguientes conflictos. Esto es algo que ha de ocurrir necesariamente en cualquier ciudad en la que se plantee llevar a cabo un plan de creación de vías ciclistas con verdadera vocación de transporte, de aquí que el caso de Sevilla pueda ser también de interés para otras ciudades.
Pese a la intensidad del debate generado, no se había llevado a cabo hasta la fecha ningún análisis detallado de los espacios públicos afectados por la creación de la red de vías ciclistas de Sevilla, a excepción de un análisis parcial realizado por la asociación "A Contramano" y muy centrado en la polémica acerca de la ocupación de espacio peatonal por las vías ciclistas, algo que se pone de manifiesto desde el título mismo del informe: ¿Quitó el carril-bici espacio al peatón?
Por eso, hace ya algunos meses que mi colega Vicente Hernández y yo mismo decidimos ponernos a la tarea de analizar de manera exhaustiva y rigurosa los cambios de uso del espacio urbano afectado por las obras de creación de la red de vías ciclistas de Sevilla. El resultado ha sido un artículo recientemente publicado en el número 10 de la revista Hábitat y Sociedad de la Universidad de Sevilla y titulado "El impacto del 'carril-bici' de Sevilla sobre el espacio urbano de la ciudad: Un análisis preliminar". Lo del análisis preliminar es porque nos limitamos a analizar la red básica, de 77 km, realizada cronológicamente en primer lugar y cuyo diseño ha marcado en gran manera el diseño de toda la red, que en la actualidad se acerca a los 200 km de longitud.
Los resultados del análisis se resumen en la Tabla 1 del artículo, que reproduzco mas abajo. Estos resultados vienen a indicar que la construcción de la red básica de vías ciclistas afectó fundamentalmente a espacio de calzada (casi siempre aparcamiento en calzada), hasta un 53% del total del espacio afectado, mientras que los espacios peatonales apenas si llegaron a un 9% del total de los cambios de uso. Este resultado parece dar la "razón" a las"críticas" iniciales a la red de vías ciclistas, que se centraron en la "pérdida de plazas de aparcamiento" al mismo tiempo que contradicen, al menos de manera cuantitativa, las críticas centradas en la ocupación de espacios peatonales, que parecen ser mas bien una consecuencia del diseño específico elegido para las vías ciclistas (ver figura mas arriba) que, a posteriori, acaban por dar la impresión de que la mayoría de dichas vías ciclistas se hicieron "sobre el acerado".
No deja de ser cierto, bien es verdad, que allí donde las aceras eran demasiado estrechas antes de la creación de la red de vías ciclistas lo continúan siendo en la actualidad, con el agravante de que ahora hay un nuevo actor en la vía pública -el ciclista- circulando en tales casos peligrosamente cerca de los peatones. Dado que, en la mayoría de los casos estudiados, donde ahora hay una vía ciclistas había una fila de coches aparcados, cabe decir que la creación de la vía ciclistas, si bien no se saldo casi nunca con una pérdida neta de espacio peatonal, sí pudo provocar situaciones en las que la estrechez crónica de los acerados de alguna manera se hizo mas evidente aún tras la construcción de la vía ciclista.
Por ello, en dichos tramos, el nuevo Plan de la Bicicleta, recientemente aprobado por el Ayuntamiento de Sevilla, se plantea la incorporación del espacio ahora ocupado por la vía ciclista (y antes por una fila de coches aparcados) al acerado, trasladando la vía ciclista de nuevo hacia el centro de la calzada, ocupando ahora espacio de circulación de los automóviles.
Como siempre, la lucha por el espacio urbano es la parte mas importante de cualquier reforma urbanística -y a fin de cuentas la creación de una red ciclista es sobre todo una operación urbanística- y avanzar en la dirección correcta es siempre recuperar espacios de calzada para otros usos. Desde este punto de vista, la creación de la red básica de vías ciclistas de Sevilla fue globalmente un paso en la dirección correcta, pero es preciso seguir dando pasos adelante.
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