¡Uf! Han sido casi dos años de espera, pero por fin el parto ha terminado con éxito y el libro ya está en la calle, editado por la Universidad de Sevilla con la foto de mi amiga Rocío y su hijo Nico en la portada (gracias por prestarme vuestras imágenes).
¿Por qué la "importancia" de la bicicleta? Porque como describo en el libro, la bicicleta (convencional o eléctrica) es una pieza clave de cualquier proyecto urbano de movilidad sostenible. No es casualidad que la movilidad, y en especial la movilidad urbana, se haya convertido en el "talón de Aquiles" de la lucha contra el cambio climático (ver sección 2.3 del libro). Por otro lado, las que podríamos llamar "soluciones dentro del sistema", como el coche eléctrico o los biocombustibles son manifiestamente insuficientes (ver sección 2.6). Es preciso pues un cambio de mentalidad (*) hacia el desarrollo de "cadenas intermodales sostenibles" (ver sección 4.4 y ss.) en las que la bicicleta puede y debe jugar un papel esencial.
Por otro lado, más allá de la mera eficiencia energética, las ciudades post-industriales se enfrentan a un verdadero problema de habitabilidad. Como escribo en el prefacio:
Cuando uno se desplaza en
bicicleta por su ciudad establece una relación con ella muy
diferente a la que establece el usuario de cualquier modo de
transporte motorizado. Un ciclista, en su deambular por la ciudad,
puede olerla, escucharla, percibirla y, en último extremo, puede
bajarse de la bicicleta y continuar su paseo andando junto a su bici.
Así, el ciclista puede pararse a conversar con un amigo, a comprar
un periódico o una fruta, o un pastel atraído por la fragancia de
la pastelería. En definitiva, el ciclista se sumerge en su ciudad de
un modo muy parecido a como lo hace un paseante, aunque gozando de un
mayor recorrido. Es por ello que a medida que los ciudadanos de todo
el mundo empiezan a plantearse no ya cómo sobrevivir, sino cómo
vivir en sus ciudades, vuelven la vista hacia la bicicleta como el
modo ideal para abarcar de nuevo toda su ciudad, sin perder calidad
de vida ni transformarse en meros espectadores de la vida de los
demás a través de las ventanillas de sus automóviles. Así, la
bicicleta - que es también hija de la revolución industrial - se
convierte en el vehículo ideal para devolver a las ciudades la
escala humana que la propia revolución industrial les arrebató al
convertirlas en metrópolis.
Pero volver a implantar la bicicleta en la ciudad no es una tarea trivial. Como escribo también en el prefacio y desarrollo en el capítulo 4:
Para que el uso masivo de
la bicicleta pueda ayudar a devolver su escala humana a la ciudad
post-industrial es preciso devolver a su vez la ciudad a la
bicicleta, lo que no es tarea fácil porque, si bien las bicicletas
fueron el vehículo predominante en casi todo el mundo
industrializado durante las décadas de los años 30, 40 y 50, el
"boom" del automóvil la ha eclipsado hasta reducirla a
porcentajes insignificantes del reparto modal en casi todo el mundo,
a excepción de unas pocas ciudades que todos conocemos y admiramos.
Es fácil comprender por qué: la bicicleta es una máquina y como
tal tiene difícil acomodo en la acera, junto a los peatones. Pero
tampoco goza de la potencia y la velocidad de un vehículo a motor,
por lo que su acomodo en la calzada junto a dichos vehículos tampoco
es fácil ni mucho menos... El resultado es que la bicicleta se ha quedado sin sitio en
las ciudades. Y ya se sabe que el espacio es el bien más preciado en
una ciudad.
Por otro lado:
Cuando hablo de que la
bicicleta necesita recuperar su sitio en la ciudad no me refiero solo
a la vía pública, sino en general a toda la ciudad (parques,
comunidades de vecinos, empresas, lugares de estudio, de ocio,
transportes públicos...) incluyendo las mentes de sus habitantes. De
hecho, esto último es quizás lo más importante porque, aunque hoy
en día hay cierto consenso acerca de las bondades de la bicicleta
como modo de transporte, ésta sigue siendo vista como un vehículo
más bien accesorio a la hora de elaborar las políticas de
movilidad. Es preciso que desde los políticos y los planificadores
hasta los ciudadanos de a pie, todos tomemos conciencia de la
importancia de la bicicleta (de ahí el título de este libro)
como componente imprescindible de cualquier modelo de movilidad
urbana sostenible. Personalmente estoy convencido de que, sin un uso
masivo de la bicicleta, no es posible avanzar en la práctica hacia
dicho objetivo. Y eso es lo que espero haber demostrado a lo largo de
este libro.
El libro se completa con un capítulo introductorio dedicado a la historia y la física de la bicicleta y otro final dedicado a analizar la reciente experiencia ciclista de Sevilla. Personalmente estoy convencido de que sin conocer, aunque sea mínimamente, la historia y las leyes que rigen el funcionamiento de cualquier artilugio producto del ingenio humano, no es posible juzgar con verdadero conocimiento de causa el alcance de sus potencialidades. En cuanto al último capítulo, dedicado a la experiencia de Sevilla, considero que hubiera sido imperdonable no incluirlo en la obra, dado el interés de dicha experiencia y mi participación en la misma.
El libro se completa con un capítulo introductorio dedicado a la historia y la física de la bicicleta y otro final dedicado a analizar la reciente experiencia ciclista de Sevilla. Personalmente estoy convencido de que sin conocer, aunque sea mínimamente, la historia y las leyes que rigen el funcionamiento de cualquier artilugio producto del ingenio humano, no es posible juzgar con verdadero conocimiento de causa el alcance de sus potencialidades. En cuanto al último capítulo, dedicado a la experiencia de Sevilla, considero que hubiera sido imperdonable no incluirlo en la obra, dado el interés de dicha experiencia y mi participación en la misma.
Por una curiosa y feliz coincidencia, la publicación de este libro coincide con el 200 aniversario de la construcción del primer precedente de la bicicleta, la draisiana, inventada en 1817 por Karl Drais en la localidad alemana de Karlsruhe. Valga pues la coincidencia para rendir homenaje al Barón, a cuya inventiva debemos esa maravillosa idea de impulsarnos sobre dos ruedas sin caernos.
Un saludo y espero que os guste la obra.
Sevilla, 23 de junio de 2017.
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(*) Por cierto que, eso es precisamente los que no se cansa de reclamar últimamente la industria del automóvil en relación al coche eléctrico. Pero, puestos a cambiar de "mentalidad" ¿Por qué no cambiar también de vehículo?
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(*) Por cierto que, eso es precisamente los que no se cansa de reclamar últimamente la industria del automóvil en relación al coche eléctrico. Pero, puestos a cambiar de "mentalidad" ¿Por qué no cambiar también de vehículo?
Felicidades Ricardo! Que tu importante trabajo, tu conocimiento y tu experiencia en defensa del uso de la bicicleta se publique es una alegría para todxs lxs que estamos contigo, y fundamental para la historia de Sevilla! Enhorabuena compañero!
ResponderEliminarSalud!
Hola Ricardo.
ResponderEliminarMe interesa obtener un ejemplar.
¿Dónde puedo adquirirlo si vivo en México?
Hola
EliminarGracias por tu interés. En principio el libro se puede pedir en las Librerías, a la propia editorial o en cualquier distribuidor de internet, como Amazon o similar. Si tienes dificultades me lo dices
Saludos
Ricardo